Historia
El club fue fundado el 16 de julio de 1941 en Cañuelas, provincia de Buenos Aires, por un grupo de entusiastas del vuelo sin motor, inspirados por la visita de una misión alemana de vuelo a vela en 1934.
16 de julio de 1941, Cañuelas
El Club de Planeadores Cañuelas es un ejemplo de dedicación, pasión y perseverancia en la práctica del vuelo a vela, y su historia refleja el espíritu de una comunidad unida por el amor al vuelo.


Inspiración
La visita de pilotos alemanes como Heini Dittmar, Hanna Reitch, Wolf Hirth y Piter Riedel, quienes realizaron vuelos desde Palomar hasta Cañuelas, dejó una profunda impresión en la comunidad local y motivó la creación del club.
Primeros años
Primeros vuelos: En 1945, el club comenzó a volar en un campo propiedad de Eitel Vanina, cerca de la Sociedad Rural de Cañuelas. Utilizaban un planeador primario, monoplaza, remolcado por un auto.
Mudanzas: El club tuvo varias mudanzas a lo largo de los años, incluyendo traslados a La Noria y luego a un campo cerca del monumento al Tarquino. En 1964, el club se mudó al Aeroclub de Lobos, donde permaneció hasta 1971.
Desarrollo y modernización
Adquisición de equipos: En 1953, el club recibió su primer avión, un biplano Fleet con motor Kinner. Más tarde, en 1958, llegó el primer planeador biplaza, un Tutor, y en 1964 se agregó un Specht.
Compra de un velero de carrera: En 1968, el club adquirió su primer velero de carrera, el Zugfogel, financiado en parte por la organización de un boliche nocturno llamado “La Térmica” en el teatro de la Sociedad Italiana.
Consolidación
Compra de un campo propio: En la década de 1970, el club adquirió un campo en la Ruta 3, km 72,5, gracias a los esfuerzos de Emilio Alonso y otros miembros. Este campo se convirtió en la sede definitiva del club.
Modernización: El club continuó modernizando su flota con la adquisición de planeadores como los Blanik, Yarará, Jantar, Cirrus y DG100.
Personajes destacados
Emilio Alonso: Una figura clave en la historia del club, conocido por su humor, inteligencia y dedicación.
Instructores y pilotos: Muchos nombres destacados contribuyeron al desarrollo del club, incluyendo a Crescenti, Rodolfo Rizzi, Pedro Uhalt, Miguel Ángel Vilas, y otros.
Legado y comunidad
Camaradería: El club no solo fue un lugar para practicar el vuelo a vela, sino también un espacio de encuentro y camaradería para familias y amigos.
Formación de pilotos: El club formó a numerosos pilotos e instructores, muchos de los cuales continuaron volando y compitiendo a nivel regional y nacional.
Nace un Club De Sueños-Vuelos
El documento concluye con una reflexión poética sobre el sueño de volar y la importancia de compartir esa pasión con otros. El autor, Ebert Wentinck, expresa su gratitud por la experiencia vivida en el club y cómo este cambió su vida y la de su familia.
Mis vuelos de bautismo
“Mis Vuelos de Bautismo” relata el descubrimiento del vuelo a vela y la pasión que despierta en el protagonista, Ebert Wentinck. Tras avistar un planeador, visita el Club de Planeadores Cañuelas y vive su primera experiencia en el aire. Decide formarse como piloto bajo la guía de Carlos Schmitt, su mentor y amigo. Más que un aprendizaje, el relato es un homenaje al vuelo, la perseverancia y la amistad.